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Epígrafe de un corazón roto:


Sr. Martín:
              ¿Qué tal? ¿Cómo le va? No sé si usted me recuerda, yo a usted sí. Lo conozco hace algo más de 21 años y he convivido con usted desde siempre. Muchas veces sentí profundas ganas de armar el bolsito e irme, de más está decir que me ha hecho pasar momentos de mierda que nunca voy a olvidar y generó heridas que nunca se terminaron de cerrar.
En esta ocasión quería informarle que usted tiene un plazo máximo de 10 días para tomar una determinación con respecto a algunos temas que lo paralizan. En caso de no poder hacerlo usted mismo, le aconsejo que pida ayuda, hay gente que lo conoce bastante y que puede darle consejos muy sabios, evitando de esta forma el naufragio.
Sin ningún otro particular, con devoción lo saluda a usted muy atentamente...

El idiota de adentro